Desde ese momento Daudet se consagró por entero a la escritura; no solo ejerció como cronista del periódico Le Figaro, sino que se dedicó también a la novela y la narración.
[1][2] La primera novela que como tal escribió Daudet fue una semiautobiografía, Poquita cosa (Le petit chose, 1868).
En ella evocaba su pasado como maestro de estudios en el colegio d’Alès.
En 1874 Daudet se inclinó por las novelas de costumbres contemporáneas y escribió Fromont hijo y Risler padre (Fromont jeune et Risler aîné, 1874), Mujeres de artistas (Les femmes d'artistes, 1874), Jack, (1876), El nabab (Le nabab, 1877), Los reyes en el exilio (Les rois en exil, 1879), Numa Roumestan (1881), El evangelista (L'Évangéliste, 1883), Sapho (1884), El inmortal (L'inmortel, 1883).
Cuentos del lunes (Les contes du lundi, 1873), una colección de relatos inspirados por la guerra franco-prusiana, dan testimonio de su inclinación por este género literario y por los cuentos fantásticos.