Un juego con un argumento lineal suele tener menor rejugabilidad debido las opciones limitadas que el personaje puede hacer.
Esta es la capacidad de jugar con diferentes personajes cada vez a través del juego.
Por ejemplo, el videojuego Diablo le permite escoger al jugador uno de los tres diferentes personajes: guerrero, ladrón o mago.
Los videojuegos RPG pueden tener un buen nivel de rejugabilidad, aunque su argumento sea esencialmente lineal.
En algunos videojuegos se le da al jugador la opción de seguir una ruta a través del juego.