stringtranslate.com

Éros (concepto)

El amor de Helena y París de Jacques-Louis David (1788)

Eros ( / ˈ ɪər ɒ s / , US : / ˈ ɛr ɒ s , i r ɒ s , -oʊ s / ; del griego antiguo ἔρως ( érōs )  'amor, deseo') es un concepto de la filosofía griega antigua que se refiere a lo sensual. o amor apasionado , del que se deriva el término erótico . Eros también se ha utilizado en filosofía y psicología en un sentido mucho más amplio, casi como un equivalente a "energía vital". [1] El filósofo protestante C. S. Lewis lo postula como una de las cuatro palabras griegas antiguas para amor en el cristianismo, junto con storge , philia y agape . [2]

En literatura

La tradición griega clásica

En el mundo clásico, el amor erótico generalmente se denominaba una especie de locura o theia mania ("locura de los dioses"). [3] Esta pasión amorosa se describió a través de un elaborado esquema metafórico y mitológico que involucraba "flechas de amor" o "dardos de amor", cuya fuente era a menudo la figura personificada de Eros (o su contraparte latina, Cupido ), [4] o otra deidad (como Rumor ). [5] A veces se decía que la fuente de las flechas era la imagen del hermoso objeto de amor en sí. Si estas flechas llegaran a los ojos del amante, entonces viajarían y 'perforarían' o 'herirían' su corazón y lo abrumarían con deseo y anhelo ( mal de amor ). La imagen de la "herida de flecha" se utilizó a veces para crear oxímorones y antítesis retóricas sobre su placer y dolor.

El " amor a primera vista " se explicaba como un engaño repentino e inmediato del amante mediante la acción de estos procesos, pero éste no era el único modo de entrar en el amor apasionado en los textos clásicos. En ocasiones la pasión puede surgir después del encuentro inicial; por ejemplo, en la carta de Fedra a Hipólito en Heroides de Ovidio : "Aquella vez que fui a Eleusis... fue entonces sobre todo (aunque antes me habías complacido) cuando un amor penetrante se alojó en mis huesos más profundos". [6] A veces, la pasión podría incluso preceder a la primera mirada, como en la carta de Paris a Helena de Troya en la misma obra, donde Paris dice que su amor por Helena le sobrevino antes de haberla visto: ". "Eras el deseo de mi corazón antes de que te conociera. Contemplé tus rasgos con mi alma antes de verlos con mis ojos; el rumor que me habló de ti fue el primero en curar mi herida." [7]

Ya sea "a primera vista" o por otras vías, el amor apasionado a menudo tenía resultados desastrosos según los autores clásicos. En el caso de que el ser amado fuera cruel o desinteresado, se demostró que este deseo llevaba al amante a un estado de depresión, provocando lamentación y enfermedad. Ocasionalmente, la persona amada era representada como una trampa involuntaria del amante, debido a su belleza sublime: una "maldición divina" que inspira a los hombres a secuestrarla o intentar violarla. [8] Las historias en las que hombres involuntarios ven el cuerpo desnudo de Artemisa la cazadora (y a veces de Afrodita ) conducen a estragos similares (como en el cuento de Acteón ).

Hay pocos registros escritos de la vida y los amores de las mujeres en la antigua Grecia. Sin embargo, algunos historiadores han sugerido que las mujeres pueden haber sido objeto de amor con más frecuencia de lo que se creía anteriormente y que el amor de los hombres por las mujeres puede haber sido un ideal, aunque nadie se dio cuenta de mucho en realidad. [9] En la antigua Atenas, el dominio del hombre en la relación matrimonial se expresa por figuras como el destacado estadista y general griego Alcibíades . [10] Otra relación famosa entre un hombre y una mujer en la antigua Atenas fue la relación romántica de Aspasia con el estadista Pericles . [11] [12] En Esparta , el estatus social de la mujer era más fuerte y los rituales matrimoniales eran solemnizados. La primera noche después de la boda se llevó a cabo una elaborada preparación, mientras que en un rito simbólico el hombre tenía que secuestrar a su futura esposa antes de la ceremonia oficial, mientras a ella le cortaban el pelo y la vestían con ropa de niño. [13] El resultado ideal del eros marital en Esparta era el nacimiento de un niño sano. [14]

En El Banquete de Platón, Aristófanes relata un mito sobre el origen del amor tanto heterosexual como homosexual . [15] Erospaidikos , o pederastia pedagógica, aparentemente era conocido desde 200 años antes de Platón. Originalmente, según Aristófanes, cada ser humano tenía dos cabezas, cuatro brazos y cuatro piernas, antes de que Zeus decidiera dividir a cada persona en dos. Después de que todos se separaron, cada mitad buscó a su otra mitad para volver a estar completos. Algunas personas eran originalmente mitad hombres y mitad mujeres, y cuando Zeus los dividió se convirtieron en hombres y mujeres que buscaban parejas del sexo opuesto. Algunas personas eran originalmente exclusivamente mujeres y se dividían en mujeres que buscaban parejas femeninas. Algunos eran exclusivamente masculinos y se dividieron en machos que buscaban a otros machos. [dieciséis]

Platón

El antiguo filósofo griego Platón desarrolló un concepto idealista de eros que resultaría muy influyente en los tiempos modernos. En general, Platón no consideraba que la atracción física fuera una parte necesaria del eros. Según Platón, el eros podría desviarse hacia la filosofía (incluida la formación matemática, ética y ascética), en lugar de disiparse en la sexualidad, con el fin de utilizar la energía erótica como vehículo para la transformación de la conciencia y la unión con lo Divino. [17] En Banquete , eros se describe como una fuerza universal que mueve todas las cosas hacia la paz, la perfección y la divinidad. [18] El propio Eros es un "daimon", es decir, una criatura entre la divinidad y la mortalidad. [19]

El " amor platónico " en este sentido original puede alcanzarse mediante la purificación intelectual del eros desde la forma carnal a la ideal. Platón sostiene allí que el eros se siente inicialmente por una persona, pero con la contemplación puede convertirse en una apreciación de la belleza dentro de esa persona, o incluso en una apreciación de la belleza misma en un sentido ideal. Como lo expresa Platón, eros puede ayudar al alma a "recordar" la belleza en su forma pura. De esto se deduce, para Platón, que el eros puede contribuir a la comprensión de la verdad.

Eros, entendido en este sentido, difería considerablemente del significado común de la palabra en el idioma griego de la época de Platón. También difería del significado de la palabra en la literatura y la poesía contemporáneas. Para Platón, eros no es ni puramente humano ni puramente divino: es algo intermedio a lo que llama daimon .

Su principal característica es la aspiración y el deseo permanentes. Incluso cuando parece dar, el eros sigue siendo un "deseo de poseer", pero sin embargo se diferencia del amor puramente sensual en que es el amor que tiende hacia lo sublime. Según Platón, los dioses no aman, porque no experimentan deseos, en la medida en que todos sus deseos están satisfechos. Por tanto, sólo pueden ser un objeto, no un sujeto de amor ( Simposio 200-1). Por ello no tienen una relación directa con el hombre; sólo la mediación del eros permite la conexión de una relación ( Simposio 203). Eros es, pues, el camino que conduce al hombre a la divinidad, pero no al revés.

Paradójicamente, para Platón el objeto de eros no tiene por qué ser físicamente bello. Esto se debe a que el objeto del eros es la belleza, y la mayor belleza es eterna, mientras que la belleza física no es de ninguna manera eterna. Sin embargo, si el amante logra poseer la belleza interior (es decir, la ideal) del amado, su necesidad de felicidad quedará satisfecha, porque la felicidad es la experiencia de saber que estás participando del ideal. [20]

literatura europea

La vieja, vieja historia , John William Godward , 1903

La concepción clásica de las flechas del amor fue desarrollada aún más por los poetas trovadores de Provenza durante el período medieval y pasó a formar parte de la tradición europea del amor cortés . Los poetas provenzales enfatizaron particularmente el papel de los ojos de una mujer a la hora de provocar el deseo erótico, como afirma NE Griffin:

Según esta descripción, el amor se origina en los ojos de la dama cuando se encuentran con los de su futuro amante. El amor así generado se transmite mediante brillantes rayos de luz desde los ojos de ella hasta los de él, a través de los cuales pasa para establecerse en su corazón. [21]

En algunos textos medievales, la mirada de una mujer hermosa se compara con la visión de un basilisco , un reptil legendario del que se dice que tiene el poder de causar la muerte con una sola mirada.

Estas imágenes continuaron circulando y elaborandose en la literatura y la iconografía de los períodos del Renacimiento y el Barroco . [22] Boccaccio por ejemplo, en su Il Filostrato , mezcla la tradición de la flecha de Cupido con el énfasis provenzal en los ojos como lugar de nacimiento del amor: "Tampoco él ( Troilo ), que poco antes era tan sabio... percibió que el Amor con sus dardos habitados dentro de los rayos de esos hermosos ojos... ni notar la flecha que se dirigió hacia su corazón." [23]

La antítesis retórica entre el placer y el dolor del dardo del amor continuó durante el siglo XVII, como por ejemplo en estas imágenes de inspiración clásica de La reina de las hadas :

Si el amor es una dulce pasión, ¿por qué atormenta?
Si es amargo, oh dime ¿de dónde viene mi contenido?
Puesto que sufro con placer, ¿por qué debería quejarme
o lamentarme de mi destino, cuando sé que es en vano?
Sin embargo, tan placentero es el dolor, tan suave es el dardo,
que al mismo tiempo me hiere y me hace cosquillas en el corazón. [24]

Enseñanzas católicas romanas

La antigua tradición judía , Agustín de Hipona y Buenaventura tienen influencia en las enseñanzas maritales católicas romanas con respecto al eros . En su primera encíclica , Deus caritas est , el Papa Benedicto XVI analiza tres de los cuatro términos de relación griegos: eros , philia y agape , y los contrastes entre ellos. En ágape , para Benito, uno se entrega a otro; en eros , el yo busca recibir de otro yo; La filia es el amor mutuo entre amigos. Explica que tanto el eros como el ágape son inherentemente buenos, pero que el eros corre el riesgo de ser degradado a mero sexo si no se equilibra con un elemento de cristianismo espiritual . La encíclica sostiene que eros y ágape no son tipos distintos de amor, sino mitades separadas de un amor completo, unificado como dar y recibir.

Psicólogos modernos

Freud

En la psicología freudiana , eros, que no debe confundirse con la libido , no es exclusivamente el impulso sexual, sino nuestra fuerza vital, las ganas de vivir. Es el deseo de crear vida, y favorece la productividad y la construcción. En los primeros escritos psicoanalíticos, los instintos del eros se enfrentaban a fuerzas del ego . Pero en la teoría psicoanalítica posterior, a eros se le opone el instinto destructivo de muerte de Thanatos (instinto de muerte o pulsión de muerte).

En su artículo de 1925 "Las resistencias al psicoanálisis", [25] Freud explica que el concepto psicoanalítico de energía sexual está más en línea con la visión platónica de eros, expresada en el Banquete , que con el uso común de la palabra. "sexo" relacionado principalmente con la actividad genital. También menciona como influencia al filósofo Schopenhauer . Luego se enfrenta a sus adversarios por ignorar a tan grandes precursores y por contaminar toda su teoría del eros con una tendencia pansexual . Finalmente escribe que su teoría explica naturalmente este malentendido colectivo como una resistencia predecible al reconocimiento de la actividad sexual en la infancia.

Sin embargo, F. M. Cornford considera que los puntos de vista de Platón y de Sigmund Freud son "diametralmente opuestos" con respecto al eros. En Platón, eros es inicialmente una energía espiritual, que luego "cae" hacia abajo; mientras que en Freud eros es una energía física que se "sublima" hacia arriba. [26]

El filósofo y sociólogo Herbert Marcuse se apropió del concepto freudiano de eros para su influyente obra de 1955 Eros y civilización .

jung

En la psicología analítica de Carl Jung , la contraparte de eros es logos , término griego para el principio de racionalidad. Jung considera que el logos es un principio masculino, mientras que el eros es un principio femenino. Según Jung:

La psicología de la mujer se basa en el principio de Eros , el gran aglutinante y aflojador, mientras que desde la antigüedad el principio rector adscrito al hombre es el Logos . El concepto de Eros podría expresarse en términos modernos como relación psíquica y el de Logos como interés objetivo. [27]

Esta determinación del género de eros y logos es una consecuencia de la teoría de Jung sobre la sizigia anima/animus de la psique humana. Syzygy se refiere a la división entre hombres y mujeres. Según Jung, esta división se recapitula en la mente inconsciente por medio de elementos "contrasexuales" (de género opuesto) llamados anima (en los hombres) y animus (en las mujeres). Así, los hombres tienen un principio femenino inconsciente, el "anima", que se caracteriza por el eros femenino. El trabajo de individuación del hombre implica tomar conciencia del anima y aprender a aceptarlo como propio, lo que implica aceptar el eros. Esto es necesario para ver más allá de las proyecciones que inicialmente ciegan al ego consciente. "Recuperar las proyecciones" es una tarea importante en el trabajo de individuación, que implica apropiarse y subjetivar fuerzas inconscientes que inicialmente se consideran ajenas. [28]

En esencia, el concepto de eros de Jung no es diferente del concepto platónico. Eros es, en última instancia, el deseo de plenitud, y aunque inicialmente puede tomar la forma de amor apasionado, es más verdaderamente un deseo de "relación psíquica", un deseo de interconexión e interacción con otros seres sintientes. Sin embargo, Jung fue inconsistente y a veces usó la palabra "eros" como abreviatura para designar la sexualidad. [29]

Ver también

Referencias

  1. ^ Peterson, Eugene H. (2006). The Message Remix: La Biblia en lenguaje contemporáneo . Colorado Springs, Colorado: NavPress. pag. 948.ISBN _ 1600060021.
  2. ^ CS Lewis, Los cuatro amores .
  3. ^ Tallis, Frank (febrero de 2005). "Loco por ti". El psicologo . 18 (2).
  4. ^ Véanse, por ejemplo, los Amores y los Heroides de Ovidio , que con frecuencia se refieren a la pasión abrumadora provocada por los dardos de Cupido.
  5. Véase la carta de Paris a Helena de Troya, en Ovidio, Heroides y Amores, XVI, 36-38.
  6. ^ Ovidio, Heroides y Amores, traducido por Grant Showerman. Segunda edición revisada por GP Goold. Biblioteca clásica de Loeb (Cambridge: Harvard University Press, 1986), IV, 67-70, pág. 49. ISBN 0-674-99045-5 
  7. ^ Ovidio, Heroides y Amores, traducido por Grant Showerman, segunda edición revisada por GP Goold (Cambridge: Harvard University Press, 1986), XVI, 36-38, págs. 199-201.
  8. ^ Para obtener más información sobre estos tropos en la novela griega antigua, consulte Françoise Létoublon, Les Lieux communs du roman: Stéréotypes grecs d'aventure et d'amour , Leiden: EJBrill, 1993. ISBN 90-04-09724-4
  9. ^ RJ Sternberg, La flecha de Cupido , 63
  10. ^ Plutarco, Alcibíades , 8
  11. ^ S. Monoson, Los enredos democráticos de Platón , 195
  12. ^ M. Ostwald, Atenas como centro cultural , 310
  13. ^ P. Cartledge, Los espartanos , 234
  14. ^ P. Cartledge, Los espartanos , 235
  15. ^ Halperin, David M. (1990). Cien años de homosexualidad: y otros ensayos sobre el amor griego. Nueva York: Routledge. págs.19. ISBN 0415900964. OCLC  19740359.
  16. ^ Platón (30 de mayo de 2006). El Simposio . Traducido por Gill, Christopher; Lee, Desmond. Nueva York. págs. 22-26. ISBN 9781101651490. OCLC  859326008.{{cite book}}: Mantenimiento CS1: falta el editor de la ubicación ( enlace )
  17. ^ MB Mineo, Diotima de Mantineia , 102
  18. ^ MB Mineo, Diotima de Mantineia , 134
  19. ^ Platón, Simposio , 202b-203a
  20. ^ Platón. Simposio. 199c5-212c
  21. ^ Véase la introducción de Nathaniel Edward Griffin a El Filostrato de Giovanni Boccaccio (Nueva York: Bilbo y Tannen, sin fecha. ISBN 0-8196-0187-X ), p.76, nota 2. 
  22. Para un análisis completo de la escena del "amor a primera vista" en la ficción, véase Jean Rousset , "Leurs yeux se rencontrèrent": la scène de première vue dans le roman , París: José Corti, 1981.
  23. Giovanni Boccaccio , Il Filostrato , canto 1, estrofa 29; traducción de Nathaniel Edward Griffin y Arthur Beckwith Myrick, pág. 147. Según Griffin: "En la descripción del enamoramiento de Troilo hay una mezcla singular de la concepción provenzal de los ojos como lugar de nacimiento del amor con la idea clásica del Dios del Amor con sus arcos y su aljaba..." ( ibíd., p.77, nota 2).
  24. ^ Anónimo, "If Love's a Sweet Passion", del libreto de La reina de las hadas de Henry Purcell , acto 3.
  25. ^ Freud, S. (1925). "Las resistencias al psicoanálisis", en The Collected Papers of Sigmund Freud , vol. 5, págs.163-74. (Traducido por James Strachey.)
  26. ^ Cornford, FM (1950), "La doctrina de Eros en el simposio de Platón", en La filosofía no escrita .
  27. ^ Carl Jung , “Mujer en Europa” (1927), en Obras completas vol. 10, párrafo 255; reimpreso en Aspectos de lo femenino , Princeton University Press, 1982, p. 65, ISBN 0-7100-9522-8
  28. Para una perspectiva crítica sobre este punto de vista, que también resume bien la posición junguiana, véase James Hillman, The Dream and The Underworld (1979), p.100.
  29. ^ Robert H. Hopcke, Una visita guiada a las obras completas de CG Jung , Shambhala Books, 1999, p.45ff.