Sirvieron en la mayoría de las campañas militares del ejército francés entre 1830 y 1871.
Pero en 1870 Napoleón III tuvo que llamar a las tropas instaladas en Italia debido al inicio de la guerra franco-prusiana.
Víctor Manuel II le envió una carta a Pío IX, en la que le pedía guardar las apariencias dejando entrar pacíficamente al ejército italiano en Roma, a cambio de ofrecer protección al papa.
El ejército italiano, al mando del general Cadorna, cruzó la frontera papal el 11 de septiembre y avanzó lentamente hacia Roma, esperando que la entrada pacífica pudiera ser negociada.
Sin embargo, el ejército italiano alcanzó la Muralla Aureliana el 19 de septiembre y sitió Roma.