Fue concebida en los años 60 para evitar que el tráfico entrase en el casco urbano, y finalmente se concluyó en 2008.
Son viales completamente urbanos, se disponen en el norte y el suroeste de la ciudad.
Esta infraestructura fue recibida como agua de mayo por los zaragozanos, ya que descongestionó en buena mediada el tráfico del casco urbano.
Y finalmente el último tramo que se construyó, consiste en una sección de 3,5 kilómetros llamada la Ronda del Rabal, que a pesar de hallarse ya construida, no se abrió al tráfico hasta la finalización de la Exposición Internacional del Agua celebrada en Zaragoza.
Este tramo envuelve casi por completo el recinto Expo 2008 y conecta la zona noroeste de Zaragoza con la nueva estación intermodal y la zona oeste de la ciudad.