Acudió a Múnich como campeón de Israel en halterofilia en las categorías de peso medio.
En 1946 se muda con su familia al Mandato británico de Palestina (actual Estado de Israel) y se convierte en decorador de interiores.
Más adelante lucharía en la guerra de los seis días.
Tras irrumpir en otro de los apartamentos y secuestrar a seis luchadores y levantadores de pesas, entre los que se encontraba Romano, en un descuido de los asaltantes Romano pudo herir con un cuchillo de cocina a uno de los terroristas y hacerse con su rifle de asalto, pero fue acribillado por otro de los terroristas y abandonado en su habitación mientras se desangraba.
Sus restos mortales fueron repatriados junto con los de sus compañeros caídos de vuelta a Israel.