La mayoría cree que estos tres estándares compiten entre sí, cuando la realidad es muy diferente.
BPMN implementa una notación de modelo para procesos, concretamente el conjunto original de especificaciones propuestas por BPMI (Business Process Managment Iniciative), ahora parte del OMG (Object Management Group).
Modela tanto la secuencia de actividades como los datos o mensajes intercambiados entre los distintos participantes.
Por ello, la salida de BPMN necesita ser expresado en algo que no sea un lenguaje programático.
Permite una representación gráfica de los procesos incluyendo coordenadas X e Y para cada nodo implementado.
Además, los nodos pueden especificar atributos tales como roles, descripción de actividades, timers, llamadas a servicios web, etc… Suele ser preferido cuando se trata de implementar procesos o workflows con interacciones humanas, ya que en esto supera a BPEL (para soportar interacciones humanas, BPEL necesita de añadidos a la especificación, lo cual dificulta su portabilidad ya que suelen ser implementaciones propietarias de cada proveedor).
Además, permite de manera fácil invocar múltiples servicios web al mismo tiempo y sincronizar los resultados.
Estas son fundamentalmente las partes más importantes de un archivo XPDL.
Aunque cada fabricante emplea por lo general su propia serialización XML de diagramas, son muchos los que se están acogiendo al estándar XPDL.