Comenzó su carrera como escultor de barro y su vecino Hector Hyppolite, también pintor, lo ánimo a la pintura en la adolescencia.
Alcanzó fama internacional antes de los 30 años con sus cuadros que muestran escenas cotidianas haitianas.
Hyppolite lo acompañó al Centre d’Art de Puerto Príncipe en 1946 donde conoció a DeWitt Peters y lo inspiró a dedicarse de lleno a la pintura y le facilitó el contacto para exponer y vender sus obras.
Su obra Paraíso ganó el segundo premio en una exhibición internacional en Washington D. C. en 1950.
En 1962 volvió a pintar en su casa de petit-Goâve.