En ella se construyeron en un principio planeadores y aviones deportivos con estructuras de madera.
En 1944, la empresa había crecido lo suficiente hasta convertirse en un consorcio con unos 45.000 empleados.
Su avión Bf 109 fue, con unos 35.000 aparatos, el segundo avión de caza del que más unidades se fabricaron en la historia de la aviación, solo superado por la serie Yakovlev Yak-1/3/7/9.
[1] Después de la Segunda Guerra Mundial, recibió en 1953 un encargo del gobierno español, y trabajó para Hispano Aviación supervisando el diseño y construcción de avanzados reactores como el Hispano Aviación HA-200 Saeta, y el Hispano Aviación HA-300 supersónico, que finalmente se fabricó en Egipto bajo la denominación Helwan HA-300.
Con este avión consiguió Alemania incorporarse de nuevo a la industria aeronáutica internacional.