Por eso, su función es la de mantener la seguridad en el sistema para evitar que entre en un estado descontrolado.
[1] Su funcionamiento se basa en un temporizador interno que irá continuamente decrementando de forma secuencial un contador con un tiempo prefijado, inicialmente con un valor relativamente alto.
Si el programa falla o se bloquea, al no actualizar el contador del perro guardián a su valor de inicio, éste llegará a decrementarse hasta cero, se desbordara y se reiniciará el sistema que volverá a un estado conocido y seguro.
El desbordamiento del perro guardián se puede dar en funcionamiento normal o en el estado de reposo.
[2] A veces el circuito del perro guardián es un chip externo al procesador y a veces es la parte integral como es el caso de muchos microcontroladores.