Warlock (película de 1989)

Justo antes de ser ejecutado, Satanás le rescata con un hechizo que abre un portal temporal y el brujo es enviado a Los Ángeles, California, a finales del siglo XX, pero Redferne no le deja ir tan fácilmente y lo sigue por el portal.

Mientras Kassandra está fuera, el Brujo ataca a Chas para robar su anillo y lo asesina arrancándole la lengua.

El brujo tiene la tarea de encontrar y ensamblar los tres fragmentos del Gran Grimorio, un antiguo libro satánico que ha sido ocultado por sus enemigos; a cambio, el demonio lo convertirá en su segundo al mando; tras esto Warlock arranca los ojos de la mujer y los utiliza para rastrear la primera parte.

Esa noche la brújula se activa cuando Warlock regresa para llevarse unas páginas ocultas en el compartimento secreto de una antigua mesa.

Después le roba una pulsera a la muchacha y la maldice para que cada día envejezca veinte años.

Según le explica a la joven, los brujos no pueden tocar objetos o suelo consagrado sin recibir heridas, lo mismo sucede con la sal y con el símbolo del pentagrama.

Al día siguiente, un granjero menonita (Richard Kuss) descubre que la leche fresca de su granja está agria, su caballo ha sudado hasta empaparse, la levadura no fermenta y el fuego se vuelve azul.

Sin embargo, actualmente los trozos han sido movidos o los lugares perdieron su atributo bendito, haciendo más sencillo el obtenerlos.