El 737 sufrió daños leves y logró aterrizar de forma segura en Malabo, pero el HS-125, tras permanecer en el aire durante casi una hora con la tripulación inconsciente, acabó estrellándose en el océano, matando a las siete personas a bordo.
El impacto cortó la sección superior de 1 metro (3,3 pies) del ala derecha del Boeing y fue registrado en la grabadora de datos de vuelo a bordo como una breve oscilación y una guiñada no comandada corregida rápidamente por el piloto automático.
Se cree que la ambulancia aérea 6V-AIM fue impactada en el fuselaje, lo que provocó la pérdida de presión en la cabina y la incapacitación de la tripulación.
El HS-125 continuó volando durante 55 minutos más sin que la tripulación respondiera a ninguno de los varios intentos de contactar con ellos.
[1] La tripulación del CEIBA 737 mientras tanto había evaluado que su avión estaba operando normalmente, y decidió saltarse la escala programada en Cotonú, Benin, y en su lugar continuar directamente a Malabo (la base de operaciones de la aerolínea), donde aterrizó sin más incidentes.