El 747 entró en pérdida durante el forcejeo, situación que fue aprovechada por el capitán William Hagan y su tripulación para neutralizar al asaltante mientras el primer oficial Phil Watson recuperaba el control de la aeronave, poniendo fin al incidente.
Dos pasajeros que estaban sentados en la cubierta superior (Henry Clarke Bynum y Gifford Murrell Shaw, ambos de Sumter, Carolina del Sur, EE. UU.
El primer oficial Watson pudo entonces recuperar el control y regresar el avión a su nivel de vuelo.
Un grupo de dieciséis pasajeros norteamericanos presentaron una demanda judicial multimillonaria contra British Airways.
En 2013 un pequeño grupo de pasajeros británicos intentaron llevar a cabo una demanda legal contra BA, pero no se concretó.