Desde muy joven comenzó a cultivar sus múltiples intereses, uno de los cuales estaba relacionado con las lenguas extranjeras.
El original fue comprado en Ebay por un residente de Amantea, y gracias al profesor Roberto Musì, se obtuvo una copia para ser devuelta a la familia.
Primero trabajó como empleado en el municipio de Amantea, y luego como secretario en el colegio, pero en ambos casos sólo duró unos días.
Fue corresponsal de ANSA en la Gazzetta del Sud y en Il Mattino di Napoli.
Durante sus numerosos viajes al extranjero, también escribió artículos sobre noticias internacionales y fue responsable del periódico de los antiguos militares internados, La tribù.
Muy apegado a su tierra, Vitaliano Camarca sabía que el turismo sería una fuente de bienestar económico y social para Amantea.
Se podía participar en el concurso presentando un relato largo (o una novela corta), inédito y nunca publicado en volumen, que no superara las sesenta páginas mecanografiadas.
El Festival consistió en la proyección de películas que, durante el año, habían tenido especial éxito.