Virupa

Es considerado uno de los más importantes entre los 84 maja-sidhas (‘grandes adeptos’).

Virupa contaba que había sido abad en un monasterio pero abandonó la práctica porque no conseguía ningún resultado.

Arrojó su mala (rosario de oraciones) a la letrina.

Apareció entonces un dios que lo obligó a continuar su práctica buscando su mala en la letrina.

A partir de este episodio Virupa consiguió grandes poderes y abandonó el monasterio rondando como vagabundo.