El 19 de septiembre de 1644, el sacerdote y cura del pueblo, Pedro Rubio Félix, ordenó que dichas imágenes fueran envueltas y sepultadas en la sacristía del templo.
Fray Francisco Lorenzo y Fray Juan de Estivales, fueron los primeros evangelizadores en Talpa, mismos que en 1550-1551 hicieron la primera capilla en honor al Dios verdadero, mismos que fueron sacrificados por la tribu local.
En 1580, se construyó una nueva y rústica capilla dedicada a la virgen del Rosario.
Justo frente a la plaza principal se encuentra la basílica o Santuario mariano para la Virgen de Talpa, que originalmente es un templo católico realizado bajo el estilo románico y neoclásico, que fue ordenado construir por el Presbítero Ramón de Herrera y Cordero clérigo que se estableció en Talpa, y tomó bajo su empeño la construcción de un nuevo edificio y basílica, cuya fecha data desde 1755.
Juan Antonio Montenegro lo hizo en 182-1810 y fue el primer capellán propio de Talpa.