Según la tradición, la larga devoción en la Diócesis de Cartagena a los Dolores de Nuestra Señora nace a finales del siglo XVII con la entronización en la citada iglesia de la imagen llegada sobre las aguas del río Segura.
A finales del 2006 un grupo de jóvenes parroquianos de san Miguel, a iniciativa del párroco, D. Silvestre del Amor, deciden formar un grupo parroquial con la intención de venerar a la Virgen de los Dolores y los Santos Pasos y llegar algún día (Dm.)
Así, en los años siguientes, se han realizado diversos actos: Vía Crucis, encuentro con el Cristo de la Misericordia, recorrido por la vida y traslados en los que la Dolorosa, a hombros de sus fieles ha salido a la calle para gozo de todos sus devotos.
El tronista, Manuel Lorente, consigue realizar un vistoso trono tallado en madera maciza cubierto de plata coslada.
El sábado de Pasión a las doce del mediodía, este grupo parroquial con vocación de cofradía traslada a la Virgen desde san Miguel a san Juan de Dios, recorriendo la plaza de Julián Romea, la emblemática calle Trapería y rodeando la Catedral, para cederla a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Salud que la saca en la procesión vespertina.