Virgen de Riánsares

La imagen actual es del imaginero conquense Luis Marco Pérez y se caracteriza por su pequeña altura.

En su mano izquierda sujeta a su hijo que porta una bola del mundo símbolo de su reinado sobre el universo.

Dicho rey, pasando por tierras de Tarancón, se sintió repentinamente afectado por una grave dolencia obligándolo a detenerse en un pequeño oratorio dedicado a la Virgen María, situado en un lugar conocido como Riánsares (río Riansáres), imponiendo pues, el soberano la protección de la Virgen, en pocas horas se repone de la dolencia y en agradecimiento regaló la imagen para que se venerara en aquel pequeño oratorio y ordenó que se reformara y ampliara mandando a unas monjas de la orden de S. Benito para custodiar y dar culto a aquella imagen.

Ya en el siglo VI con la invasión musulmana, alarmadas las monjas huyen a Valladolid, llevándose consigo la imagen de la Virgen.

Muchos años estuvo Tarancón añorando su protección, hasta que un 8 de septiembre del siglo XV, a un pastor que cuidaba de su rebaño en ese mismo lugar, se le apareció sobre una higuera la Virgen María.

Al principio solo se transladaba al pueblo en día de calamidades públicas o rogativas pero, pasado el tiempo, el pueblo quería tener más cerca la imagen de la Virgen y se decide que pasara 6 meses en su santuario y 6 meses en Tarancón.

Para tal evento se recogen donativos, tanto económicos como en joyas, para hacer la corona y el manto.

Se realizaron varios actos culturales y espirituales, destacando el novenario que predicó el P. Julián Ocaña.