Normalmente, los violines eléctricos tienen un diseño minimalista y poco tradicional, para mantener el peso lo más bajo posible.
A menudo son vistos como instrumentos "experimentales", estando menos establecidos que las guitarras y bajos eléctricos.
Es mucho más común un violín eléctrico con 5 o 6 cuerdas que un instrumento acústico.
El cuerpo, típicamente sólido, también acomoda la tensión causada por las cuerdas extras sin estresar demasiado el instrumento.
Al tener (normalmente) cuerdas de metal, el sonido del violín puede ser captado con pastillas magnéticas o piezoeléctricas, siendo estas últimas las más comunes.