La villa de L'Espelt se adapta a la topografía del terreno, que fue aterrazado para ubicar una explotación agropecuaria.
Esta, con una planta que sigue el modelo alargado o de corredor, muy sencilla, se adscribe al alto Imperio, en el último cuarto del siglo I d. C. En el siglo II se transforma en una villa de patio interior descubierto, con estancias en torno al corredor y la «pars rustica» y residencial unidas: el espacio de la primera construcción se reservaría a la zona privada y los ámbitos de representación se potenciarían al otorgarles una mayor superficie y un mayor lujo, tal como queda demostrado en dos estancias pavimentadas con mosaico y tres decoradas con pinturas murales; también se añadió un sector termal o «balneum».
Conoce el máximo esplendor en la primera mitad del s. III d. C. Posteriormente, en época bajoimperial, se detecta una nueva reestructuración, reflejada en una reducción del espacio de la «pars urbana» y del anterior lujo, y la zona termal se convierte en una instalación destinada al prensado de la uva.
Un importante conjunto numismático permite documentar todos los períodos, desde moneda ibérica, hispanorromana del alto y bajo Imperio hasta una de Teodosio II.
Posteriormente se han realizado trabajos de limpieza, mantenimiento y consolidación.