Tras varios meses de búsqueda, en 1923 Le Corbusier finalmente localizó un terreno donde construir su proyecto, cuyos planos ya había elaborado previamente.
El paramento perimetral acota la vista hacia el paisaje mientras que el jardín actúa como un contrapunto a la casa.
Sin embargo, el muro del jardín está perforado con un único hueco, una réplica a pequeña escala de la ventana de la villa, el cual encuardra el paisaje e impone una visión circunscrita y organizada.
La madre, Marie-Charlotte-Amélie Jeanneret, la habitó hasta su muerte en 1960 a los cien años.
Albert Jeanneret, músico y hermano del arquitecto, vivió allí hasta 1973.
[4] Actualmente, la villa está inscrita como Bien cultural suizo de importancia nacional.