Las locaciones consistieron en su mayoría en casas de estilo colonial y haciendas del periodo porfirista.
Alberto convive con su tía, pero extraña la hacienda del abuelo y le aburre terriblemente la educación que pretenden darle.
Un día Alberto se enferma gravemente, con altas fiebres.
Ya en el baño, Benedicta y Alberto no soportan más la atracción sexual que se ha dado entre ellos y se terminan besando.
Alberto y Benedicta se vuelven amantes y el muchacho, que ha estado escribiendo una carta a su abuelo, decide mejor no enviarla, preguntándose cuál será la mejor moral, si la que vive ahora con su tía o la "Vieja Moralidad" con su abuelo y Micaela.