Nacido en una familia ucraniana de padre revolucionario pero sin partido, Krávchenko llegó a ser ingeniero.
Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como capitán en el ejército soviético, antes de ser enviado a la Comisión Soviética de Compras en Washington D. C. En 1944 abandonó su puesto y pidió asilo político en los Estados Unidos.
Formaron una familia, pero nunca llegaron a casarse para eludir la posibilidad de ser detectados por los soviéticos.
Valentín solicitó asilo político en Estados Unidos cuando supo que su medio hermano Andrew vivía allí (el otro hijo estadounidense, Anthony, había muerto en 1969).
Krávchenko había llegado a un acuerdo previo con el respetado periodista Eugene Lyons, según el cual Lyons no aparecería como autor del libro, aunque recibiría un porcentaje de los derechos de autor.
Los abogados de Krávchenko presentaron de forma convincente testigos que habían sobrevivido al GULAG soviético, incluyendo a Margarete Buber-Neumann, la viuda del comunista alemán Heinz Neumann, que fue fusilado durante la Gran Purga.
El tribunal falló finalmente que Krávchenko había sido injustamente difamado y le concedió un desagravio simbólico.
En opinión de un observador de aquella época, Alexander Werth, Técnicamente Krávchenko ganó su caso... que atrajo la atención de todo el mundo sobre su causa y dañó el Partido Comunista en Francia, aunque no recibió la indemnización que había pedido para cubrir los gastos que le originó el juicio.
En este sentido, invirtió los beneficios obtenidos con la venta de “Yo escogí la libertad” en empresas mineras peruanas, pero estas empresas fracasaron debido a obstrucciones oficiales y a turbias actividades de sus socios.
Su biógrafo y simpatizante Gary Kern sospecha que el KGB tuvo parte en ese fracaso.