En la temporada 1942-43 fue cedido al Sabadell, que se encontraba en Segunda y logró el ascenso a Primera.
Así, la temporada 1943-44 volvió a jugar en la máxima categoría como jugador cedido.
[3] Con ganas de jugar más tiempo, aceptó una oferta por dos temporadas del Linense, equipo que militaba en Segunda División, aunque solo jugó un año allí, pues tuvo que regresar a Barcelona por una cuestión personal luctuosa, el fallecimiento de un hijo.
Por ese tiempo también volvió a resentirse de su antigua lesión, pero siguió jugando (Igualada, Sant Andreu, Nàstic) para finalizar su carrera deportiva profesional en el Santboià (1952-1953).
[4] No abandonó totalmente el deporte pues siguió jugando en torneos y campeonatos de empresa.