Vínculo afectivo

Emociones como la solidaridad, comprensión, cariño y ayuda mutua nacen a partir de este vínculo[1]​.

Fase de apego indiscriminado: A partir de los 3 meses y se extiende hasta los 7 años, los niños tienen preferencia por estar con su padre, sólo diferencian entre familiares y desconocidos.

Apego discriminado: Siete meses hasta el año, los niños muestran preferencia por la persona principal que los cuida, generando un concepto conocido como Ansiedad de separación, la cual explica que el bebé va a reaccionar negativamente a desconocidos.

Apegos múltiples: Los niños ya desarrollan el vínculo de apego con su figura principal (madre por ejemplo), dando la posibilidad de formar vínculos con diferentes personas como familiares o amigos.

Los investigadores de esta época se centraron sobre todo en la relación entre las madres y sus hijos recién nacidos.

Según su hipótesis, los niños nacerían con una tendencia predeterminada a formar estos lazos con sus cuidadores primarios.

Estos fueron observados cada cuatro semanas durante su primer año de vida; y por último, otra vez cuando cumplieron 18 meses.

Ayudan al desarrollo afectivo, social y cognitivo del niño.

Para los bebés y los niños pequeños, el «objetivo» del sistema conductual es mantener o lograr la proximidad a las figuras de apego, normalmente los padres.