Urta-Bulak (prueba nuclear)

El desastre comenzó a causar graves daños en el medio ambiente.

El incendio se prolongó durante 1064 días, casi tres años.

Se intentó apagar las llamas utilizando agua y destruir el cráter con fuego de artillería, sin lograr el objetivo.

Luego, en 1966, llegó una solución novedosa y a la vez arriesgada: utilizar un arma nuclear para cortar la fuga de gas.

El evento fue registrado como un "movimiento sísmico" para enmascarar la verdadera naturaleza de las tecnologías utilizadas.