Fue, al igual que Martín Lutero y Conrad Celtis, una figura del primer nacionalismo alemán.
En Rostock publica Hutten su primera obra importante, Querelae in Lossios, una recopilación de quejas contra los Lotze en dos volúmenes.
Maximiliano I, que probablemente quería integrarlo en su propio programa de propaganda, le nombró poeta laureado.
Hutten entró definitivamente al servicio del arzobispo de Maguncia, quien le dio suficiente libertad para dedicarse a escribir.
Hutten tuvo que huir a Suiza, donde no fue recibido por su antiguo mentor Erasmo de Róterdam en Basilea, sino por Zuinglio en Zúrich.