Esta tiende a controlar un sector económico y ejercer en lo posible el poder del monopolio; podía ser un control en su ámbito horizontal, cuando las empresas producían los mismos bienes o prestaban los mismos servicios; o de ámbito vertical cuando las empresas del grupo efectuaban actividades complementarias.
Esta cooperación entre las empresas firmantes no tienen un efecto vinculante, por lo que confería cierta inestabilidad.
Para dar mayor fuerza a esos acuerdos no vinculantes se crea el trust.
La primera combinación que adoptó esta forma fue la Standard Oil Trust, fundada en 1882.
Para evitar la formación de trust y sus efectos perniciosos para la sana competencia empresarial, existen las leyes antitrust o antimonopolio.