En la tabla central aparece la Adoración de los Reyes Magos.
Las figuras están enmarcadas por un fondo arquitectónico, muestra de la influencia del reciente viaje de Van der Weyden a Italia, donde conoció la pintura del Renacimiento meridional, especialmente en la obra de Gentile da Fabriano.
Las figuras están dispuestas como en un friso, con la Virgen y el Niño colocados ligeramente a la izquierda del pilar central del portal de Belén, que se convierte en eje de la composición y que, anacrónicamente, incluye un crucifijo; Jesús recibe las ofrendas de los Reyes Magos que representan las tres edades del hombre (Melchor anciano, Gaspar adulto, Baltasar joven), y no las distintas razas, pues aún no era habitual la costumbre de representar a uno de ellos negro.
Los paneles laterales muestran la Anunciación (izquierda) y la Presentación de Jesús en el Templo (derecha).
El cromatismo, como es habitual en la pintura de Van der Weyden, es vivo y contrastado; se representan con minuciosidad los objetos, como corresponde a la escuela flamenca de pintura.