Tribunal Permanente de los Pueblos

[1]​ El Tribunal Permanente de los Pueblos (TPP)[2]​ nace formalmente en Boloña en 1979 como una continuación directa de la experiencia del Tribunal Russell II sobre las dictaduras en América Latina (1974-1976), promovido por Lelio Basso[3]​ para denunciar los crímenes cometidos por los regímenes militares en la región.

La amplitud del concepto de autodeterminación expresada en la Carta de Argel debe relacionarse con el contexto y el principio de “libertad” no limitado a un tiempo y lugar determinados y teniendo, en este caso, no a un sujeto individual sino colectivo, precisamente, al pueblo.

Los pueblos de la historia del TPP pertenecen a distintos grupos humanos con diferentes necesidades, aspiraciones y tragedias reales, que controlan la materialidad y fuerza vinculante de un derecho internacional que continúa siendo frágil y que termina siendo inversamente selectivo, denunciando y castigando a quienes tienen menos poder e impedido de actuar en el caso de los poderes hegemónicos a nivel internacional.

Este proceso requiere la demanda colectiva permanente por la viabilidad y aplicabilidad de dichos principios, reconocidos en numerosos instrumentos del derecho internacional.

Sus miembros internacionales son expertos reconocidos de distintas disciplinas como el derecho, la economía, la sociología, las artes y la literatura.