Trois hommes et un couffin (en España, Tres solteros y un biberón) es una película francesa de 1985 dirigida por Coline Serreau.
Los dos compañeros se ven obligados a compaginar la faena que da la niña (biberones, pañales y noches en vela) con su trabajo mientras llega Jacques de su viaje.
Cuando llega Jacques y solucionado el problema de los traficantes, los tres hombres se dedican a cuidar de la bebé por turnos, y, aunque les resta tiempo de las diversiones a las que estaban acostumbrados, se encariñan mucho con ella, por lo que sienten una gran tristeza y vacío en sus vidas cuando la madre regresa a recogerla.
En 2003 se estrenó en los cines la secuela de este film, 18 ans après, con el mismo reparto protagonista y de nuevo dirigida por Coline Serreau, que narra como Marie, la niña que fue cuidada por sus tres padres adoptivos, termina el bachillerato y se va a veranear con su madre, Sylvia, a Estados Unidos, donde vive ahora.
Esta película también triunfó en el resto de Europa e incluso en los Estados Unidos, lo que originó que allí se realizara un remake en 1987 dirigido por Leonard Nimoy adaptando la película al gusto estadounidense, Tres hombres y un bebé, que tuvo también un gran éxito que, a su vez, también motivó la producción de una secuela, Tres hombres y una pequeña dama, dirigida por Emile Ardolino.