El término "cirugía sin sangre" se comenzó a utilizar al inicio del siglo XX, por la actividad del cirujano ortopédico Dr. Adolf Lorenz, que fue conocido como "el cirujano sin sangre de Viena".
[2] La técnica quirúrgica consiste en recuperar la sangre que pierde el paciente durante la cirugía se recicla y, después se incorpora de nuevo al organismo de forma segura.
Más bien, se refiere a la cirugía realizada sin transfusión de sangre alogénica, no perteneciente al paciente[6]
Técnicas preparatorias como la eritropoyetina o la administración de hierro están concebidas para estimular la propia eritropoyesis del paciente.
Este hallazgo también se confirma entre el subconjunto de pacientes sometidos a cirugía cardíaca y ortopédica.