Por dicho tratado, Corea dejaba de estar en la esfera China como tributario y abría tres puertos a los japoneses.
Antes del siglo XIX, la política comercial e internacional de Corea se limitaba a relaciones diplomáticas mediante tratados con China y Japón.
No obstante, Corea siguió manteniendo su actitud de aislacionismo, negándose a negociar la apertura del país.
El buque japonés respondió al punto a la agresión y cañoneó severamente las fortificaciones coreanas.
Los coreanos, impresionados ante un ataque tan sorprendente, culparon al Reino Unido y Francia por los bombardeos.
Japón, mediante una diplomacia de cañoneras, coaccionó a Corea para que rubricase este tratado desigual.
La anterior negativa coreana a establecer relaciones tanto con Japón como con Occidente pese a los abundantes intentos suscitó irá en Japón y precipitó el incidente de Kanghwa, ya que los intentos nipones por establecer relaciones pacíficas habían resultado vanos; en consecuencia, el imperio optó por imponerse por la fuerza.
Este pacto que se crea en Corea y Japón se muestra incluso más agresivo al pacto que surgió en el Tratado de Kanagawa donde, en 1853, Mathew Perry, mediante una diplomacia de cañoneras, obliga a Japón firmar abriendo el país en su totalidad y acabando con el ‘sakoku’ instaurado.