Trastorno de omisión

El defecto persiste, además, aun cuando se recree algo con los ojos cerrados.

La lesión cerebral causante del trastorno se localiza en la sección de la ruta por la que circulan las señales visuales de la retina conocida con el nombre de «cómo»: originada en la corteza visual, alcanza hasta el lóbulo parietal y posibilita la atención a los objetos y la interactuación con los mismos.

Así, aunque no esté dañada la ruta complementaria con la que converge en la corteza parietal y que permiter reconocer e identificar los objetos, al estar dañada la capacidad de tenerlos en cuenta es cuando se produce el trastorno de omisión.

La omisión solo se aprecia en lesiones producidas en el hemisferio derecho, de forma que la parte del espacio visual afectada es la izquierda.

Estrictamente, se trataría de «una aniquilación existencial del lado izquierdo del universo».