Los obreros fueron asfixiados por los gases tóxicos y algunos de ellos murieron carbonizados.
Las llamas y el humo ejercieron una presión que imposibilitó a los obreros levantar las persianas metálicas.
Los trabajadores fallecieron por el humo y posteriormente por las llamas, carbonizados.
[2] El juicio se celebró tres años después, en marzo de 1976.
Se declararon insolventes y poco después fueron indultados.