Este hecho hace que esta edición sea llamada el primer Tour moderno.
Un ciclista novel, Paul Duboc, ganó cuatro etapas de la carrera y estuvo muy cerca de llevarse la victoria final, pero enfermó a media carrera y se tuvo que conformar con la segunda plaza.
En esta primera etapa, Petit-Breton tuvo que abandonar la carrera tras una serie de hechos desafortunados.
Durante esta etapa Émile Georget fue atropellado por un coche y cayó por un barranco cuando encabezaba la carrera.
Con todo, ganó la etapa con 17 minutos de ventaja sobre el inmediato perseguidor y pasó a liderar la carrera.
Garrigou acabó la etapa tercero, mientras Faber fue duodécimo, por lo que la diferencia entre ambos se amplió a 10 puntos.
En la novena etapa, con final en Luishon, previo paso por el col de Portet d'Aspet, Faber quedó rezagado respecto a Garrigou en la clasificación general al terminar en vigésima posición.
Duboc ganó una nueva etapa, y al haber demostrado su potencial en la montaña fue considerado uno de los grandes favoritos para la décima etapa, con el paso por los puertos de Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque, toda una amenaza para Garrigou.
[9] En la novena etapa Maurice Brocciu, que no tenía ninguna posibilidad de ganar el Tour, había vendido sus servicios a otro ciclista.
Brocca apeló la expulsión y a la espera de la decisión final se le permitió comenzar la décima etapa.
Brocca atacó y se presentó en solitario en Bayona, pero poco después fue confirmada su expulsión de la carrera.
En la llegada final de la carrera en París, Duboc recibió una gran bienvenida, eclipsando a Garrigou.