Corresponde al trigésimo sexto episodio de toda la serie.
Los nativos dicen que unos sujetos vestidos con ropas de SGC se lo llevaron, y que si no lo devuelven pronto Madrona será destruida.
Finalmente, gracias a un contacto de Hammond descubren que el Stargate se encuentra en un hangar abandonado.
El SG-1 vuelve rápidamente con el dispositivo climático a Madrona, recuperando su confianza y salvando a su planeta de la destrucción.
Además, en la Tierra, viendo el peligro del 2º Stargate, se ha decidido colocar un Iris permanente en él, para evitar que alguien más lo utilice.