[8] Es destacable que esta sucesión de funciones ha permitido la conservación del monumento.
Sin embargo, otros historiadores, como Eleuterio Toribio Andrés y Fernando Araujo, afirman que esta arquitectura contó con tres torreones que, por amenaza de ruina, fueron derribados a finales del siglo XVII[9] .
En referencia a su emplazamiento, es necesario mencionar la intervención que Lorenzo Gonzales Iglesias realizó en 1953.
Su acusada verticalidad evoca al estilo gótico italiano, en especial a la estética de algunas ciudades como Bolonia y San Gimignano.
[4] y está compuesta por sillares bien escuadrados y macizos[2] En la torre destaca la aparición de varios vanos geminados que, aunque algunos han sido restaurados o repuestos modernamente,[4] cuentan con alfices ornamentados con tracería flamígera.
[3] Cabe destacar que la última intervención, enfocada en la protección y consolidación del edificio, fue dirigida por el arquitecto Eduardo Navarro Pallarés.