[a] El topónimo puede provenir del ginebre o enebro, planta local que también da nombre a la vecina localidad de La Ginebrosa.
[3] En 1484 fue finalmente recuperada por la orden tras ganar un juicio a Fernando de la Caballería, hermano y sucesor del primero.
La expulsión de los moriscos de 1609-1613 supuso una fuerte despoblación en la zona, aunque aun así constan referencias al término en las décadas siguientes.
La zona fue elegida finalmente en 1680 por los carmelitas descalzos para instalar un convento, suponiéndose que ya había sido despoblado para entonces.
En 1682 cerraron la compra del lugar en treudo pagando un canon de 23 libras, 6 sueldos y 8 dineros jaqueses a los calatravos e instalaron su Convento del Desierto.