Tony Garnier es considerado el primer arquitecto urbanista del siglo XX.
Su padre Pierre Garnier, es diseñador en sedería, su madre Anne Evrard, es tejedora.
En su elogio, Edouard Herriot dirá de él: Una «Ciudad Industrial», fue el proyecto social y urbanistas más importante de este arquitecto, que presentó en 1901 y no fue bien recibido por los grupos conservadores.
La luz, la vegetación, la ventilación y la higiene fueron para Tony Garnier los fundamentos del urbanismo moderno.
En 1932 elaboró una versión con un suplemento en el que desarrollaba las zonas residenciales de mayor densidad.
No se quedó en un nivel superficial, desarrolló con profundidad todos los aspectos y alcanzó un grado altísimo de definición, incluso llegó a diseñar cada tipología de edificios con absoluto detalle.