Se cree que se formó en Bolonia; allí recibió el naturalismo de la escuela local, pero no fue influido por las experiencias más originales como el expresionismo de Vitale da Bologna.
Su taller estuvo en Módena, pero recibió encargos de toda Italia septentrional: Mantua, Trento y Treviso.
El realismo llega a tal punto de representar alguno enfermo, otro con la barba sin afeitar.
En 1355 Tommaso pintó tablillas para la mujer del emperador Carlos IV, para testimoniar la altísima fama de la cual gozaba, obras que actualmente se encuentran en el castillo de Karlstein: un Ecce Homo y una Virgen María.
Otras obras se conservan en Baltimore, Treviso, Verona y Módena.