Inició su carrera como historietista en 1950, realizando cuentos infantiles y el cuaderno de aventuras El Vengador para Editorial Marco.
En 1982, Tomás Marco había comenzado ya a tantear otros terrenos, como el terror en la revista alemana Gespenster Geschichten de la Editorial Bastei Verlag, y la ciencia ficción en Metal Hurlant y Rambla.
En esta última realizó Androstar con Josep María Beà a los guiones, cuyo protagonista pasa de la fantasía heroica espacial al Barrio Chino de Barcelona.
[3] Colabora luego en la revista Makoki (1983-84) e ilustra una biografía de David Livingstone escrita por José Antonio Vidal Sales (Cassarel).
A través de la agencia Norma, publica en Italia El Buen Lig (1989), Krantor (1991) y Cazador (1992),[4] siguiendo en activo hasta 1996.