Tiroteo en la escuela Kungälv

Durante el último baile, Ove Conry Andersson, de 17 años, entró, sacó una pistola y empezó a disparar al azar.

Unas horas más tarde, el pistolero, de 17 años, había contado voluntariamente a la policía todos los detalles del incidente.

A las 22:30 entró en el baile de la escuela y se enzarzó en una pelea con un invitado que también era boxeador aficionado.

Este suceso dio lugar a la primera propuesta al gobierno para investigar los efectos de la violencia mediática, y el entonces popular programa de radio "Tidsspegeln" (Espejo del tiempo) celebró un debate sobre "ideales y héroes para la juventud" con el titular "¿Podemos culpar a Cartwrights?".

Un artículo de 1995 en el periódico sueco Dagens Nyheter informó que se consideró que Andersson estaba mentalmente desequilibrado, en parte debido a los efectos del alcohol, en el momento del tiroteo y fue sentenciado a un tratamiento psiquiátrico cerrado.