Aunque esta industria tiene su origen en Bagdad, fue introducida en España en el siglo IX.
En Córdoba tuvo un gran desarrollo en una alcaicería construida por Abderraman II junto a la Gran Mezquita.
Debido a que este tipo de prendas eran consideradas posesiones del más alto valor, los talleres generalmente eran controlados por los califas o gobernantes El tejido elaborado, también designado tiraz, llevaba a menudo impresa la firma del taller donde se había elaborado, la fecha y el nombre del gobernante.
Los mejores tejidos de sedas proceden de la región de Bujará (siglos IX y X) y de Irán, Bagdad, Egipto y España (siglos X y XI).
Estas sedas llegaron a Europa a través de las embajadas enviadas por los gobernantes islámicos