Cuando Heracles y Deyanira fueron expulsados de Calidón, marcharon con su hijo, Hilo, y atravesaron el país de los dríopes.
Hilo tuvo hambre y Heracles vio a Tiodamante, el rey del país, que araba un campo con un par de bueyes, y le pidió comida para su hijo.
Tiodamante se negó, y el héroe, enrabietado, desató uno de los bueyes, lo mató, lo hizo en pedazos y se lo comió junto a Deyanira e Hilo.
Tiodamante se marchó corriendo hacia la ciudad y volvió con una tropa.
Pero finalmente, Heracles venció y mató a Tiodamante.