Tiburones de La Guaira

Sin embargo, Casanova no disponía de los recursos monetarios suficientes como para financiar la franquicia, así que decidió aliarse con un grupo de personajes y empresarios venezolanos entre los cuales destacan: Pedro Padrón Panza, Manuel Malpica, José Antonio Díaz, Jesús Morales Valarino, Mario Gómez y Pablo Díaz.

Los salados establecieron un gran dominio de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional llegando a siete finales en ocho años, siendo éstas en las temporadas de 1964-1965 contra Leones del Caracas final jugada a cinco partidos (ganó 4-1), 1965-1966 contra Industriales de Valencia final jugada a cinco partidos (ganó 4-1), 1966-1967 contra Leones del Caracas final jugada a cinco partidos (perdió 2-3), 1968-1969 contra Tigres de Aragua (ganada), 1969-1970 contra Navegantes del Magallanes final jugada a tres partidos (perdió 0-3), 1970-1971 nuevamente contra Magallanes final jugada a siete partidos (ganó 4-3) y 1971-1972 contra Tigres final jugada a siete partidos (perdió 3-4); y obteniendo así 4 de sus 7 campeonatos en la LVBP en este periodo de tiempo.

[8]​ (los tres primeros de la lista miembros de Salón de la fama y museo del béisbol venezolano) y el empeño en traer jugadores extranjeros como Luis Tiant, Marcelino López, Pat Corrales, Mike Hedlund, José Cardenal, Paul Casanova, Hal McRae, Ken Forsch, Jim Rooker, Darold Knowles, Lou Piniella, Leroy Stanton, Darryl Strawberry, Al Bumbry, Rich Cerone, Rollie Fingers, Tom House, Larry Gura, Clarence Gaston, Clint Hurdle, Andruw Jones, Chad Curtis, John Wathan y Pat Kelly, entre otros.

[9]​ Esa importante base de jugadores que más tarde fue conocido como «La guerrilla».

En 1995 tuvieron movimientos importantes, en efecto, ese año Raúl Pérez Tovar (ficha emblema del equipo) es traspasado a Cardenales de Lara por William Cañate y también se hicieron de los servicios del fornido jardinero William Magallanes (traído desde Caribes de Oriente tras un cambio por el lanzador José Luis Ramos y el receptor Edwin Márquez); pero no se dieron los resultados esperados y terminaron en el sótano de la división oriental con foja de 25-35, además del despido del cubano Carlos Alfonzo como dirigente y posteriormente reemplazado por Mike Couche.

En enero de 1999, se enfrentaron en una jornada extraordinaria para pasar al round robin semifinal.

En esa oportunidad fueron comandados por John McLaren, quien había dirigido en 1993-94 a los Cardenales de Lara.

El control de la franquicia fue dejado a su hijo, Pedro Padrón Briñez, también conocido como Peruchito.

[12]​ No obstante, en la temporada 2004-2005, el equipo batió su propio récord de derrotas al hilo con 15, lo que motivó el despido de Jesús Alfaro como dirigente siendo reemplazado por Luis Aparicio y Russell Vásquez, quienes nada pudieron hacer ante la inevitable eliminación.

Con Carlos Subero como mánager, los escualos lograron clasificar tres temporadas seguidas al round robin; en todas esas ocasiones los salados finalizaron en el tercer lugar,[13]​ destacando la temporada 2008-2009 donde llegaron a una jornada extra contra los Tigres de Aragua y Leones del Caracas al terminar los tres equipos con récord final de (9 victorias y 7 derrotas) y con solo dos cupos para la gran final, jornada que dejó al equipo guaireño fuera de la final a pesar de haber estado muy cerca.

[14]​ Desde la temporada 2010-2011 Carlos Subero dejó de ser el mánager del equipo tras una racha negativa, siendo reemplazado por Phil Regan (quien no logró triunfo alguno) y éste a su vez fue sustituido por Marco Davalillo cuando ya estaban eliminados.

Su mánager fue el histórico Oswaldo Guillén quien pasó a ser el primer y único estratega en coronarse tanto en Major League Baseball con los Chicago White Sox (2005) como en la LVBP con los escualos (2023-2024).

Además se ha recibido algunas remodelaciones como la colocación de los palcos vip detrás del home y unos palcos de terreno cercanos a los bullpen, adicionalmente se le ha integrado nuevas sillas fuera del área techada para brindar mayor comodidad en la zona lateral, su aforo actual con todos estos cambios se ubica, para los juegos de béisbol profesional y sin incluir personas en la zona negra, 20.900 personas sentadas.

Conocidos popularmente como los Tibuleones no cumplieron con las expectativas, participando así solo esa temporada tras la solución del conflicto.