La capilla fue encargada por Jim Reed, un maestro de escuela jubilado, que había comprado la tierra en 1971 y había imaginado una capilla de peregrinaje no denominacional aislada del paisaje donde se pudiera meditar.
En el piso y la pared de la capilla se utilizó piedra laja.
La madera, lijada a mano, fue recubierta con un tono gris para asimilarla al entorno del bosque.
El pequeño tragaluz del techo ornamental se amplió posteriormente para proporcionar una mayor iluminación natural en toda la capilla.
Los servicios religiosos no confesionales se llevan a cabo en el centro de adoración contiguo, todos los domingos, de abril a diciembre.