En ese tiempo no existía en los Estados Unidos nadie que se dedicara a esta labor.
Se enteró de que en Francia y en Inglaterra había una tradición al respecto.
El viaje a Inglaterra, hecho en 1816, resultó un fracaso, pues los educadores contactados en ese país, de la escuela londinense Braidwood, impusieron demandas muy altas para divulgar sus métodos de trabajo, ya que consideraban importante mantener sus secretos.
Sin embargo, antes de su partida, Gallaudet entró en contacto con tres educadores franceses, el Abad Roch-Ambroise Cucurron Sicard, y dos de sus auxiliares sordos, Jean Massieu y Laurent Clerc.
Laurent Clerc decidió viajar a los Estados Unidos con Gallaudet, para asistirlo en su proyecto.
Para muchos sordos norteamericanos, Thomas Hopkins Gallaudet es considerado el padre de la ASL.