Retiro de York

El Retiro de York, aunque continuó inscribiéndose dentro del régimen de internación forzosa, postuló un tratamiento mucho más humano y condiciones notablemente más dignas.El caso, a pesar de que el tratamiento inhumano a los «insanos» era lo usual en la época, causó cierta conmoción pública, puesto que, en el período anterior a su muerte en circunstancias no totalmente aclaradas, se había impedido el ingreso de visitas de sus amigos.Godfrey Higgins se unió a la familia Tuke y en conjunto investigaron durante largo tiempo los hechos, logrando finalmente presentar evidencias irrefutables de que las graves acusaciones eran reales.Las inspecciones realizadas constataron además que en la práctica no existía una separación por sexos de las habitaciones, lo que en tales condiciones, exponía aún más a las mujeres debido a su condición física más vulnerable, llegando a los maltratos y abusos extremos, incluso hasta producir la muerte, como en el caso de Hannah Mills.[5]​ El diseño estuvo a cargo del arquitecto John Bevans, quien trabajó en estrecha comunicación con Tuke para adaptar los espacios al enfoque de tratamiento.
El recinto del Retiro de York, lámina publicada en la obra de Daniel Hack Tuke Chapters in the History of the Insane