The Angel and the Dark River

Es posible considerar a este lanzamiento como el segundo punto de inflexión en la carrera del grupo.

Si en Turn Loose the Swans el grupo había abandonado la rapidez del Death metal, aquí el grupo se deshace de casi todo el resto de elementos concernientes al susodicho género y abraza importantes elementos del mundo gótico.

Aaron Stainthorpe abandona por completo las voces guturales y da paso al canto limpio.

Esto se ve claramente en el uso del violín, que demuestra tristeza en su quehacer, y en los primeros experimentos con el teclado que en este disco apoya al resto del sonido como un órgano.

Por su parte, las líricas continúan en la vena del disco anterior, acentuando el simbolismo religioso y los problemas de relacionarse con el mundo, mientras que una vez más Aaron omitió el uso de frases en otro idioma que no fuese inglés.